No pocas veces me encuentro con clientes desangelados porque la inversión que hicieron en Internet no funcionó.
Bueno, cuando se considera que la inversión fue decirle a un amigo que “diseñara” la página y luego contratar un paquete que incluye dominio-hosting-corte-de-pelo-y-descuento-en-la-sección-amarilla pues evidentemente no iba a funcionar.
La comunicación en Internet se ha perfilado a nichos, por lo que una página es solo una herramienta más para acercarse al usuario/consumidor. Vaya, que lo primero que se necesita antes de “pedir el favor” para tener un sitio en línea ¡es saber para que lo quieres!
Justo ahí es donde se comienza a tejer lo que se conoce cada vez de forma más popular como Estrategia Digital. La Estrategia une lo que quiere comunicar el cliente – su oferta, los detalles de su producto y sus gráficos – con lo que realmente busca el usuario/consumidor.
Sin una Estrategia Digital, la página de Internet no dejará de ser un diseño hecho a modo y gusto del cliente, pero mayoritariamente lejano a las tendencias de búsqueda y necesidades de los usuarios/consumidores.
Por esas razones, una página de Internet – por si sola – no hace nada de lo siguiente:
- Aparecer en los resultados de Google
- Crear fans o followers en redes sociales
- Crear lealtad de los usuarios/consumidores
- Responder a las consultas de los usuarios/consumidores desde cualquier buscador
- Aumentar ventas o conocimiento de marca
- Difundir la comunicación de la marca o producto
Pasaría lo mismo si el cliente quiere realizar un comercial de T.V. por sí solo, sin métricas, sin sensibilidad del mercado y solo comprando los segundos requeridos para salir al aire.
Así es, una página de Internet no es nada, no sirve de nada ni hace nada si es realizada sin una Estrategia Digital sólida y fiable.
Los nuevos mercados son tan específicos, tan de nicho, que es necesario comenzar a romper esos mitos documentándose, y ahí es donde entramos nosotros.