Ya sean tus subordinados o tus compañeros, los aduladores pueden parecer inofensivos e incluso puedan resultar agradables, sin embargo no son buenos para ninguna empresa y pueden crear un clima de trabajo tenso y difícil para todos.

Están cerca de los jefes, les da risa las mismas cosas que el jefe y suelen criticar a sus compañeros para quedar bien ellos. Los aduladores son hipócritas por naturaleza. Quizá les consideres buenos compañeros, pero ellos usan la mentira y la intriga como instrumento de ascenso profesional. Suelen ser malos trabajadores, vagos e improductivos y emplean su labia para hacerse perdonar estas faltas.

Existen formas de identificarlos: critican a los jefes a sus espaldas, trabajan mal en equipo y fuerzan la conversación para hablar contigo de personas o temas determinados.

FORMAS DE DEFENSA

Claridad: Deja las cosas claras desde el principio para desanimar a quien te pelotea. Indica claramente que no te gustan los halagos.

Reafirmación: Si insisten en ellos, sé duro: muéstrate inflexible para hacerles entender que no te gusta su tono. Puedes incluso hacer esto en público, en medio de una reunión formal o informal con otros empleados, para que conste ante todos tu postura.

Alejamiento: Si aun así no cambian de actitud, rompe todo tipo de contacto no imprescindible con ellos.

Confidencialidad: Mantén tus temas en secreto. No les hagas confidencias ni permitas que se enteren de tus gustos o de tu vida privada.

Protección: Pon tus ideas, propuestas, actas de reuniones, etc., por escrito. Evita que caigan en la tentación de robarte ideas.

Discreción: No opines delante de ellos de las capacidades de jefes o compañeros. Ten la seguridad de que distorsionarán tus palabras en su propio beneficio en cuanto tengan oportunidad.

Firmeza: Los aduladores suelen desarrollar animosidad contra aquellos que no les escuchan. No te dejes pisar ni comer el terreno por ellos.

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