Una reflexión sobre poblanas victorias
La batalla del 5 de mayo en las afueras de Puebla ha alcanzado, gracias a la historiografía oficial, el nivel de epopeya clásica y es enseñada en las escuelas como una especie de muestra de la fortaleza de los mexicano que, a pesar de pelear en desigualdad de circunstancias, son capaces de vencer al más acérrimo enemigo.
Lo curios de todo el tema es que la dichosa batalla de Puebla es tan sólo un evento dentro de todo un episodio de nuestra historia que va desde el final de la Guerra de Reforma hasta el regreso de Benito Juárez a la Ciudad de México luego de derrotar a Maximiliano de Habsburgo; estamos hablando del periodo de tiempo entre 1861 y 1867.
De hecho la batalla de Puebla fue la única que se les ganó a los franceses que, luego de ésta, se fortalecieron con más tropas para tomar la ciudad al año siguiente y marchar sobre la capital. Si nos ponemos estrictos, tal esta batalla sea la ÚNICA que nuestro ejército le ganó a un país extranjero durante el turbulento siglo XIX mexicano.
Sin embargo el furor que desató el resultado de la batalla fue suficiente para recomponer un poco el espíritu de la época; muchos historiadores coinciden que esos fueron realmente los años en que México se consolidó como nación y desde que el propio Benito Juárez declaró la fecha como fiesta nacional, ha sido motivo de celebración tanto por la parte oficial como por la popular: en muchos pueblos de la zona se recrea todacía la gesta del general Ignacio Zaragoza en contra de los invasores.
Como muestra de esto, está la película de 1943 “Mexicanos al Grito de Guerra” una superproducción que incluía la actuación de Pedro Infante que, a pesar del resultado final de la intervención francesa, sigue siendo una declaración patriótica hiper-nacionalista.
Como podrán ver, las heroicas notas del recién creado himno nacional fue lo único que pudo sacar adelante a los esforzados combatientes.
Lo curioso es que la celebración de esta fecha se ha transformado en uan especie de “día de México” en el vecino Estados Unidos.
Por alguna extraña razón la celebración del 5 de mayo ha prevalecido entre los emigrantes nacionales a ese país sobre otras fechas como el 16 de septiembre o el día de la Virgen de Guadalupe al grado que muchos estadounidenses piensan que es el día de la Independencia.
De hecho el 5 de mayo ya ha entrado en Estados Unidos a formar parte de esa serie de celebraciones no oficiales (como el Día de San Partricio o el Oktober Fest) que son tomadas en cuenta por muchos de sus habitantes y que algunos aprovechan para emborracharse con tequila y margaritas; el tema ha llegado al grado de prestarse a chunga por sitios como éste o éste.
Así que si ustedes lo celebran, pues tengan un muy feliz 5 de mayo; pretextos para festejar, afortunadamente, nunca nos han faltado.
RT @basicofm: ¿Qué celebramos el cinco de mayo?: un artículo de @areygadas – http://t.co/S9NNIIoI