Cada vez los consumidores están más atentos a los productos que usan, por esto, buscan que sean más amigables con el medio ambiente; lo que también se posiciona en la agenda en el marco del Día Mundial del Reciclaje, propuesto por la UNESCO, y que se celebra cada 17 de mayo.

Entrando en contexto, la economía circular se ha ido ganando la atención de las empresas grandes, aunque no es un concepto nuevo, sí está dando de qué hablar y cumple con su objetivo ecológico.

Richard Fuller fue el idealista que basó su propuesta en minimizar desechos y aprovechar materias primas recuperadas o recicladas, además del uso de fuentes renovables de energía para conservar al planeta, según la revista ¿Cómo ves? de la UNAM.

Este modelo económico sustituye de igual forma al lineal, donde los recursos son procesados y cuando ya han cumplido su función, se van a la basura. Mientras que la economía circular tiene como base crear un círculo virtuoso, ¿un qué? Sí, un proceso donde los productos se componen de materiales reciclables para formar un nuevo ciclo de producción. Como la industria del plástico o electrónicos.

La primera ha producido más plástico en la última década que en el último siglo, utilizado en bolsas, botellas y empaques (de los que están llenos los supermercados). Respecto a la industria electrónica, gracias a la nueva ola de globalización, las palabras inmediatez y tecnología se adhirieron a vida cotidiana de la sociedad, en consecuencia, la oferta y demanda de dispositivos electrónicos se disparó, acumulando casi 44.7 millones de toneladas para 2017.

Así las marcas y compañías se han ido dando cuenta del impacto que han generado al planeta, por lo que no es novedad que hayan creado iniciativas en favor del ambiente y de responsabilidad social.

“Si cada persona reciclara el equivalente a dos botellas por mes, podríamos compilar aproximadamente 128 mil millones de botellas de plástico PET al año”,

James Quincey, presidente y CEO de The Coca-Cola Company

Un ejemplo es Coca-Cola con su meta global de Mundo sin Residuos, que tiene como propósito conseguir que por cada botella o lata que se venda a nivel mundial se recupere otra para que esta tenga más de una vida útil y también que el 50 por ciento de sus botellas sean fabricadas con material reciclado para el 2030.

Heineken en México implementó una estrategia similar durante el festival Vive Latino, utilizando envases hechos de materiales reciclados para servir sus bebidas.

Es un momento importante para el mundo y las cuestiones ambientales. La gente debe hacer un alto y comenzar a reciclar, si uno en uno se van sumando al movimiento, el será efectivo. Desde usar filtros para el agua, o cargar un termo en vez de comprar botellas de agua, o dejar de usar popote, son cambios en la rutina que el planeta (el único que tenemos) agradecerá.

Con información: http://www.merca20.com