Hace mucho tiempo, en una década muy lejana…
Se estrenaba en los Estados Unidos la película Star Wars (traducida en México como La Guerra de las Galaxias); fruto de la mente creativa de un jovencísimo productor que se atrevió a retar a Hollywood e irse por la libre.
George Lucas realizó su sueño contra viento y marea. Su idea fue rechazada tanto por la United Artists como por Universal y aunque la 20th Century Fox aprobó financiar el proyecto, él lo único que pidió a cambio fueron los derechos de las secuelas y la comercialización de la mercancía relativa al filme (ambas fueron una clara muestra de la fe en el proyecto y la visión de Lucas).
La película comenzó a filmarse en Túnez en marzo de 1976, de manera previa Lucas tuvo que crear Industrial Light and Magic (ILM) para elaborar sus efectos especiales ya que el departamento relativo de la 20th Century Fox había sido desmantelado.
La película fue realizada en una época donde los efectos por computadora, los dichosos CGI, eran parte de la ciencia ficción y tan sólo se utilizaron efectos visuales, grandes maquetas y pantallas azules (todavía no eran verdes) para realizar la película.
La versión previa a la locura digitalizadora de Lucas es ya muy rara; por ahí existen algunas copias de la película original hecha con maquetas (canal 11 tiene una) además de infinidad de cassettes Beta y VHS, sin embargo esta versión no podría sobrevivir una generación ya que Lucas está empeñado en hacer desaparece el corte original que sí, se ve un poco “chafa” en cuanto a efectos especiales, además de que tiene varias diferencias, como Han Solo disparando primero a Greedo en la cantina, la exclusión de Jaba de Hutt (en la original había colocado a un actor gordo que decidió quitar a última hora) por no decir de escenarios sin extras y de elefantes con peluca, pero que es el verdadero inicio de la locura.
La película fue estrenada el 25 de mayo de 1977 luego de que Lucas se gastó unos 11 millones de dólares en realizarla.
… y comenzó una era.
La película se transformó en la más taquillera de todos los tiempos (hasta el estreno de E.T.) con casi 800 millones de dólares en ganancias, sin embargo, si se realiza un ajuste de la inflación podría colocarse como la segunda película con más ganancias. Star Wars se llevó seis Oscares, incluyendo el de mejor película y el de mejor papel de reparto (Alec Guinness –Obi Wan Kenobi–).
Desde ahí George Lucas se transformó en el dios encarnado de una nueva generación de fanáticos de la película de algo que en algunos casos ha alcanzado el rango de religión (en Australia el Jedismo es una religión oficial).
Lucas filmó dos secuelas de la película para «ceerar» la historia, la segunda de ellas “The Empire Strikes Back”, es quizá la mejor de todas.
Luego de la trilogía original de Star Wars Lucas nunca pudo recuperar su toque; a pesar de algunos intentos de realizar otras propuestas, como el fallido “Howard the Duck”, lucas no pudo repetir el éxito.
Fue quizá por ello que se cambió al lado oscuro de la fuerza.
Su primera jugada, a finales de los noventas, fue la de “digitalizar” la trilogía original, cambiando las frescas escenas realizadas con maquetas por secuencias en CGI; alteró algunas partes y hasta agregó escenas nuevas para complementar la serie.
Sin embargo este “renacimiento” fue en aras de “calentar” la escena para lo que denominarían con el espantoso nombre de “precuelas”.
La historia previa a la historia de la trilogía original, reasignándole los números 4,5 y 6 (con los que todavía no me puedo poner de acuerdo con mi hijo) y creando una saga que funcionaría a modo de “prólogo”.
Las precuelas, aunque fueron un éxito comercial (mucho del objetivo de Lucas), no se le acercaron, ni remotamente a las originales. El productor había perdido el toque y se había basado prácticamente en las escenas creadas por computadora; los actores se ahogaban en diálogos eternos que querían explicar una política sumamente aburrida mientras que los personajes parecían sosos y de plano caricaturescos (Jar Jar Binks parece estar basado en Tribilín).
Y aunque en los “behind de cameras” se ve a un Lucas adulado por sus esbirros y sumamente arrogante, la verdad es que sus creaciones no fueron, ni remotamente, lo que la gran mayoría de los fanboys de hueso colorado estaban esperando.
Para la mayoría de los que vimos la original Star Wars en aquel lejano 1977 las precuelas son una especie de mal sueño luego de muchos años de esperar una novedad en ese universo.
Es preferible recordar al joven Lucas y su genial visión de una historia, que era tan sencilla como una película del oeste, pero que tenía todos los elementos para transformarse en LA película de culto de toda una generación.
Si tienen chance de ver la original, la que todavía usaba maquetas, háganlo, porque es una muestra de lo que el ingenio es capaz de hacer, sin importar cual sea el presupuesto.
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